Dijo el joven al sacerdote zen: " Me gustaria entrar en el monasterio, pero nada de lo que he aprendido es importante. Todo lo que mi padre me enseñó es a jugar al ajedrez , algo que no sirve para alcanzar la iluminación."
El sacerdote pidió que le trajeran un tablero, llamó a un monje y le ordenó que jugara con el muchacho, añadiendo : " el que pierda morira ".
El joven se dio cuenta que estaba luchando por su vida, y el tablero se convirtio en el centro del mundo. Sin embargo, como conocia todas las estrategias, enseguida vio que el monje iba a perder. Se preparaba para el golpe final , cuando advirtio la mirada de santidad de su adversario. Comenzó a cometer errores a propósito ;preferia morir, pues el monje podria ser más útil a la humanidad.
De repente, el sacerdote tiró el tablero al suelo.
" Has aprendido más de lo que te enseñaron ", dijo. " Sabes que el camino de la luz no está hecho sólo de concentración , sino tambien de compasión . Te acepto como mi discipulo. "
Historias de Luz y Sabiduría
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