me conozco; vivo hace muchos años conmigo mismo. Conozco mis fortalezas y
los puntos débiles que tengo; sé en que soy bueno y en que tengo que
mejorar. Pero, aunque mis debilidades sean más poderosas que las
fortalezas, también me respeto mucho. Cuando soy capaz de respetarme, más
allá de cualquier traza de personalidad negativa que tengo, por el mero
hecho de que soy un ser humano valioso, entonces fácilmente respetaré a
cualquier persona con quien me encuentre.
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